EL AMOR NAVEGABA

Inundando el cristal de mi noche apagada
eras luz y sonrisa, sosteniendo sin prisa
la Luna con tus manos sobre mi madrugada.
El amor navegaba montado en pinceladas
de susurros y sombras surgiendo como fuente
cada noche, borracho de besos y miradas.
Trenzamos una cuerda de sueños y canciones,
para escapar del miedo que escondía la aldaba,
escapando muy lejos de velos y prisiones.
Nuestros labios y manos surgieron cocineros,
amasando el silencio; y caricias y besos
navegaron tornados en torpes marineros.
Aún descalzos los dos, no sentiremos frío
mientras nos alejamos sin decirnos adiós,
cuando el alba nos llene de razón y rocío.
Aunque el miedo, celoso, buscará el corazón,
volveremos tú y yo, enlazadas las manos,
renovando de nuevo nuestra vieja ilusión.
M.A.W. Marzo del 2004®
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